martes, 18 de noviembre de 2014

Escribirme

Después de mucho buscar he encontrado una mesa libre en un Starbucks. Al parecer a la gente no le gusta mojarse. A mí me encanta. Lo prefiero a tener que luchar contra el paraguas, el viento y encima mojada y mojándome. No. Me gusta sentir el agua en mi cara, me gusta mis cabellos mojados, pararme en mitad de la calle y alzar la cabeza. Me libera. Será por aquello de que el agua purifica, limpia. No sé. Misticismo.
Lo cierto es que no sé que contaros. Hago haciéndome a la idea de que debo cerrar etapas, ciclos y dejar de aferrarme al pasado. Tomarme mis decisiones en serio y luchar por ello, hacer un sacrificio. Evolucionar. Creo que esta semana será decisiva y estoy dispuesta a conseguirlo. Ya no me vale intentarlo. Debo ir a por todas sí o sí y dejar marchar algunas cosas que es lo más difícil.
Se trata de una lucha interna que no puedo extrapolar mucho más, ni contar. Aunque me exponga aún hay cosas que me guardo para mí. Una debe tener secretos ¿no? Ponerse límites. Ser misteriosa.
Pienso en las muchas personas que han pasado por mi vida y sobretodo en las que están ahora. Algunas debería dejarlas atrás para cerrar ciclos, más que nada porque ése es nuestro único vínculo, pero pienso que me perdería conocer a personas fantásticas, increíbles, positivas. Las echaré de menos, pero al fin y al cabo las relaciones son cosas de dos y no depende sólo de mí, aunque lo intentaré. Creo que sí.
Quisiera escribir un nuevo comienzo, reescribir algunos momentos y aún así, sé que todo fue y es como debe ser: perfecto. Perfecto para mí, aunque lo considere poco, injusto o insuficiente. Quiero quedarme así: positiva, con fuerzas, con ganas y luchar. Quiero escribir mi historia, mi vida.
Lo he decidido. Voy a escribirme. Es mi obra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario