jueves, 7 de mayo de 2009

Perséfone

Se desprende de tu boca
la suave cadencia,
la melodía muerta
de la rosa suspendida
en tu jardín de amor.
Jardín del que me expulsaste,
tú, mi dios, mi Eros, mi señor.
Cándida se balancea
bajo este nuevo Sol
que nos muestra un horizonte
tuyo, que mío ya no.
Me apartas de tu vera
y este camino andado
se torna espinos
si no vamos de la mano.
Dame una señal:
mírame, sonríeme,
dame la esperanza
de formar parte de tu piel.
Y si no...ciérrame las puertas
de tu nuevo cielo,
que yo sola partiré
sembrando flores hacia mi infierno.

lunes, 4 de mayo de 2009

Un hoy sin ayer

Hoy ha nacido una rosa
que con ojos tristes me señala
que este frío amanecer
viene teñido de grana.
Ayer me cantó la alondra
desde la alta y verde rama
que no importa cuanto luche
pues tu amor no será espada
de esta alma que se corrompe
escribiéndote tales palabras.
Hoy la brisa no acaricia
este rostro tan querido,
sino que golpea con furia
a este corazón malherido,
preso en tu cárcel maldita
que con versos yo maldigo.
Ayer fue el olvido
quien nos impidió olvidar
el recuerdo de los besos
que no nos quisimos dar,
que quedaron en el tintero
y que hoy enviamos sin miedo.
"¡Pero ayer fue ayer!", me grita Natura
con su agotador tormento,
pero mis ojos ya no ven más allá
de estos poemas sin dueño
que no encuentran un final
si no es con el eterno sueño,
de expiar mi condena
presa de nuevos besos.

domingo, 3 de mayo de 2009

Amor en subasta

El silencio cayó grave
Sobre dos almas heridas
Que perdieron sus alas
En el batir de un nuevo día,
Cayó sobre nosotros el peso
De la promesa incumplida,
Que latente alzó el vuelo
Hacia el inicio de una nueva vida.
Pero fueron tantas las palabras
Que aquella noche no dijimos
Que no comprendo aún
Porque seguimos siendo pájaros heridos.
Quizás fuese el silencio
Lo que tanto daño nos causó
Y mejor hubiera sido decir
Lo que nos llevó a tal rencor.
Pero aquellas palabras que murieron
En el expirar de nuestras bocas,
Aquellas que nuestros corazones guardaron
Cual férreas y pétreas rocas,
Hoy las imprimen nuestras manos
En cartas que han de ser guardadas
En el rincón del olvido,
Bajo la llave del silencio
Que guarda en su nido
Aquél amor herido
Por tus gritos, por mis gemidos.
Por el llanto de la incomprensión
De un amor ya vendido,
Que el tiempo subastó
En la casa de Olvido.

sábado, 2 de mayo de 2009

Por fin,hoy

Hoy te he vuelto a ver
y aquellos sentimientos
en mi entrañas se remueven
presos del cariño y del miedo.
Hoy he buscado una estrella
en este vacío firmamento
donde escribir la promesa
que aquella noche se llevó el viento.
Murió el amor sin apagar la ceniza...
Pero hoy sé que me olvidaste,
hoy empiezo mi nueva vida.
Hoy sé que eres feliz,
¡hoy olvidaré tu sonrisa!