viernes, 6 de marzo de 2015

Mujer y moda

No hago más que leer artículos sobre 'moda': teñirse las axilas, depilarse todo el vello púbico, dejarse un hueco entre el bikini y el cuerpo o entre los muslos...
La primera me la han vendido como un movimiento feminista, sin contar las peluquerías y marcas de tintes que se han lucrado.
La segunda resulta que viene de un estudio, costeado por una marca depilatoria (a la que no quiero dar publicidad), hecha a hombres sobre el vello púbico femenino, por lo que las mujeres no han opinado.
Las dos últimas, bueno, niñas-jóvenes-mujeres que al mirarse al espejo se ven gordas pesen lo que pesen y sin pensar en su salud.
No sé cual de estas modas me gusta menos o me da más rabia. Yo quisiera comprender a esas mujeres que se dejan llevar por ellas, quisiera dejarme llevar y no ser el bicho raro que he sido siempre. Sin embargo, quiero saber por qué tengo que seguir una moda que puede ser nociva, machista y consumista por el mero hecho de estar a la última (que nunca se está a la última si no a la penúltima) y dejar de ser la que no entiende de moda.
Soy de estilo cómodo, de no pararme mucho a pensar y de no preocuparme por mi aspecto a no ser que se me exija socialmente como en una entrevista de trabajo (reíros un rato con esto) o algún evento social, pero aún así no abandono mi estilo. Siempre lo he dicho: ojalá algún día sea lo suficientemente valiente como para despojarme de toda carga social y poder ser YO.
Reconozco que yo también sucumbí a la moda de la delgadez, si bien no dejé de comer, mi entorno me ayudó de manera que llegué a pesar 45k y, por supuesto, no estaba sana. Hoy hecho la vista atrás y me pregunto cómo podía verme gorda en aquella época si no tenía más de donde perder. Después pasé al extremo opuesto, caí en las garras de la compulsión y el estrés, vi en la comida una amiga. Dejé atrás los 45k para pesar más de 70k y, de nuevo, no estaba sana. Me hundí.
Mi vida era un caos hasta que llegué a un punto de inflexión, admito que el yoga me ayudó mucho en esta etapa tan oscura y decidí pensar en mí, en quererme y para ello, siguiendo los principios del yoga, tenía que perdonarme y aceptarme. Así que entre el yoga, el ejercicio (me enamoré el senderismo y el running) y mi lucha contra mis demonios conseguí lo que soy ahora. No sólo he bajado peso (60k), estoy sana, me acepto, me río de las tallas, sé lo que me gusta, lo que me sienta bien y lo que quiero. Con todo, aún trabajo mi autoestima, como todo el mundo tengo mis momentos de debilidad y debo seguir aprendido a sobrellevarlos sin tanto drama como antes.
Lo que intento transmitir es simple, aunque creo que se me ha ido de las manos: QUIÉRETE.

Mujer: sé valiente, sé fuerte, perdónate, acéptate. Haz lo que deseas, lo que es bueno para ti no lo que una sociedad machista, anoréxica y consumista te exija. Sé tú misma. Sé feliz.

Y si vamos a seguir modas, yo seguiré la de Rubens que me parece un poco más realista...

No hay comentarios:

Publicar un comentario