viernes, 8 de julio de 2016

Tren

  ¿Qué os inspira el tren? ¿Os evoca algún recuerdo? Confieso que, aunque tengo muchos y grandes recuerdos de casi todos los medios de transporte, el tren es el que me evoca los más hermosos.
  Lo he usado desde mi más tierna infancia. Mi abuelo me llevaba a la estación para verlo pasar. Si bien este recuerdo se difumina con el paso del tiempo, su sensación permanece. Después era mi abuela quien pagaba el costoso y corto trayecto que nos llevaba a casa de nuestros primos. El tren se convertía en un viaje familiar y para la familia. Finalmente llegó el tren a la Universidad, al futuro; el tren a mi nuevo hogar; el tren hacia el amor; el tren hacia las amigas... Los raíles de la comunicación se hacen largos cuando tu objeto de deseo espera en el andén.
  Mirar por las ventanillas y dejar escapar el estrés, los miedos, el vértigo de la vida. Llenar nuestras mentes de contemplación, de relajación, de la nada. Vaciar nuestras cabezas y ser felices durante un trayecto, regresar a la ignorancia, al yo primigenio. Sin embargo, nos perdemos cientos de hermosos paisajes por la prisa, por el móvil, por un libro... (añádase el objeto que desee). Y aún así, mirar para contemplar como la evolución devora el paisaje y saber que estás sentada contribuyendo a ello.
  Rodearte de desconocidos, escudriñar sus vidas e inventarles historias, creerte escritor, especial, diferente. Ocultarte tras un libro, aislarte con unos auriculares, entretenerte con un billete de tren y un bolígrafo.
  Viajar.

  Conocerte. Reencontrarnos algún día. Un viaje en tren si eres tú quien me espera. ¿Por qué no?


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