lunes, 4 de mayo de 2009

Un hoy sin ayer

Hoy ha nacido una rosa
que con ojos tristes me señala
que este frío amanecer
viene teñido de grana.
Ayer me cantó la alondra
desde la alta y verde rama
que no importa cuanto luche
pues tu amor no será espada
de esta alma que se corrompe
escribiéndote tales palabras.
Hoy la brisa no acaricia
este rostro tan querido,
sino que golpea con furia
a este corazón malherido,
preso en tu cárcel maldita
que con versos yo maldigo.
Ayer fue el olvido
quien nos impidió olvidar
el recuerdo de los besos
que no nos quisimos dar,
que quedaron en el tintero
y que hoy enviamos sin miedo.
"¡Pero ayer fue ayer!", me grita Natura
con su agotador tormento,
pero mis ojos ya no ven más allá
de estos poemas sin dueño
que no encuentran un final
si no es con el eterno sueño,
de expiar mi condena
presa de nuevos besos.

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