domingo, 26 de julio de 2009

¿Y mañana?

Ya no hay un nosotros.
Ya no hay un después.
Ya no me contento
con el tacto de tu piel.
Ya no hay sangre en las heridas,
ni más lágrimas que verter.
El castillo resplandece vacío
porque tus ojos se niegan a ver.
Ya no hay silencio amigo
que pueda esta pena socorrer.
Ya no hay aliento, ni abrigo
en el que me pueda guarecer.
Ya cae lenta, lúgubre, áspera,
de este cielo baldío, la nieve
que se amontona en tu jardín
porque esa nube negra no te deja ir.
Ya no hay esperanza viva.
Ya no hay más sonrisas.
Ya no quedan lágrimas.
Ya se quiebran las caricias...
¿Y mañana? Será otro día.

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